
¿Has escuchado hablar alguna vez del apego? Estamos seguros de que sí. Sin embargo, vamos a comenzar definiéndolo para, luego, ir desentrañando cuándo el apego es disfuncional y por qué. Al leer la palabra “apego” lo primero que nos imaginamos es un vínculo entre dos personas. Y sí, eso es lo que es el apego, un vínculo o conexión afectiva que se establece entre dos personas que se necesitan entre sí. Es importante aclarar, en este punto, que el ser humano comienza a desarrollar sus relaciones de apego desde que es un bebé. En consecuencia, como es de esperar, el primer vínculo de apego que establecemos es con nuestra madre-padre, pues es, en la mayoría de los casos, quienes se encargan de cuidarnos y darnos la protección debida.
En este sentido, una relación de apego conlleva, en sí misma, seguridad y confianza. Por ejemplo, cuando de niños nos sentimos seguros porque de forma instintiva sabemos que hay alguien que cuida de nosotros. Esto es lo ideal. Sin embargo, hay ocasiones en las que los padres no practican un estilo de crianza saludable, por lo que la relación de apego tiende a distorsionarse y es cuando aparece el apego disfuncional. Este es muy dañino para el niño, pues este carga con las consecuencias durante el resto de su vida y, por lo general, es incapaz de establecer relaciones interpersonales saludables durante la adultez.
¿Estás interesado en conocer cuáles son los tipos de apego disfuncionales? Seguro que sí, así que continúa leyendo que a continuación vamos a describir cada uno:
También se conoce como apego ambivalente. Este tipo de apego se caracteriza por la inestabilidad de los cuidadores del niño. Es decir, no se encuentran disponibles en todo momento, por lo que en el niño crece un sentimiento de inseguridad y un miedo incluso irracional al abandono. En este caso es característico ver niños que son muy ansiosos e irascibles a los que no les calma ni siquiera el objeto de su apego (generalmente los progenitores).
Es muy común que durante la etapa adulta, las personas que han experimentado el apego ansioso sean personas sumamente inseguras que no logran establecer relaciones interpersonales saludables, especialmente cuando se habla de la relación de pareja. Suelen tener un temor constante a que su pareja los abandone y no se entregan por completo en la relación, precisamente por ese temor al abandono.
Este tipo de apego es sumamente complejo. Aquí, los cuidadores del niño manifiestan conductas tan contradictorias que, eventualmente, generan en el niño una inseguridad total y muy marcada. En consecuencia, el niño suele adoptar actitudes de ira, descontrol, inseguridad y miedo. Son niños irritables que no se calman ni siquiera cuando sus progenitores están cerca. Es más, en algunas ocasiones sienten rechazo hacia ellos.
El gran problema se presenta porque estos niños no aprenden a desarrollarse emocionalmente de forma correcta. En consecuencia, no expresan sus emociones y tienen muchos problemas para relacionarse con sus semejantes durante el resto de las etapas de su vida. Suelen ser niños solitarios y en la adultez les cuesta mucho establecerse y formar una familia. Son personas que, incluso, pueden llegar a atentar contra sus vidas.
Este es uno de los apegos que más daño le causa al niño. Se da cuando los cuidadores que, como ya te hemos dicho, generalmente son los progenitores, no se encuentran disponibles en todo momento e incluso, hay casos en los que los progenitores rechazan al niño. Aquí, hay una total desconexión emocional entre el niño y los progenitores.
Los niños que desarrollan este tipo de apego no demuestran ansiedad ante la separación de los padres, ni ante la presencia de estos. De hecho, se vuelven totalmente indiferentes a estos, pues no han establecido ningún tipo de conexión emocional.
Las personas adultas que han sufrido este tipo de apego, son incapaces de establecer lazos afectivos duraderos con cualquier persona, pues tienen mucho miedo a resultar heridos en cualquier relación, especialmente en la de pareja. Evitan ante todo cualquier conexión íntima que demuestre su vulnerabilidad.
Estas son las relaciones de apego disfuncionales. Como has podido darte cuenta, pueden dejar huellas muy profundas en el área psicológica y emocional de una persona, por lo que es importante acudir a un especialista que es el indicado para ayudar a superar una situación de tal magnitud. Mientras no se resuelvan estos conflictos que vienen desde la niñez, la persona es totalmente infeliz.
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